En 1990 el cantante ítalo
venezolano, Franco de Vita, le movió los cimientos a los padres venezolanos con
el tema “No basta”, donde musical y magistralmente narraba como no bastaba con
traer un hijo al mundo para ser padre. Hoy haciendo un poco de analogía y
parafraseando a ese orgullo nacional, me atrevo a decir que no basta con nacer
o vivir en Tinaquillo, para ser tinaquillero.
Hoy mi pueblo -prefiero
llamarlo pueblo y no ciudad- está cumpliendo 254 años de fundado y muchos se
quieren endosar este gentilicio porque viven o porque nacieron aquí, pero que
va, eso, eso no basta, hay que ir mucho más allá para ser un verdadero
tinaquillero.
Debo empezar por decir
que tinaquillero es el que ama a Tinaquillo y que con su conducta lo demuestra,
así tenemos que: el verdadero tinaquillero no espera a que todo se lo lleven o
se lo faciliten, el que nació y creció aquí,
se levantó de madrugada, muy de madrugada para poder tomar el autobús de
la universidad y viajar a Valencia, a
estudiar cualquiera de las carreras que aquí no se ofrecían, pasar hambre y
otras penurias; o en muchos de los casos le tocó irse a vivir a otros estados
distantes para convertirse en profesional, dejar su familia y aprender a
convivir con una idiosincrasia totalmente distinta; o estudió aquí en su propio
estado, pero jamás le pidió a un profesor que fuera condescendiente o flexible,
que va! el tinaquillero le gustan los retos y es del tamaño del compromiso que
se le presenta.
El tinaquillero real no
espera que le regalen una casa, la planifica, la construye o la compra y se
siente orgulloso de mostrar el fruto de su esfuerzo; el tinaquillero no anda en
una moto atropellando, infringiendo leyes y amedrentando, el tinaquillero hace
un gran esfuerzo, se endeuda, pide crédito, se compra su carrito o anda en
transporte público, en taxis identificados y hasta camina. Como recuerdo con
nostalgia las bandadas de ciclistas a las 5 de la tarde cuando terminaba la
jornada laboral en las empresas, ¡si hasta parecía una carrera!.
El tinaquillero se
conoce entre sí, sabe de dónde viene cada uno, cual es su procedencia familiar
y se saluda afectivamente en cualquier sitio, sabe que es privilegiado al tener
procesiones al mero estilo español con todas las imágenes en calle y sale a
acompañarlas -si profesa el catolicismo, claro esta-, come chigüire y arroz con
coco en Semana Santa, acompaña a los diablos danzantes en la fiesta de Corpus
Cristi y no se cansa de filmar ese baile, así todos los años sea igual. Come cachapas
y carne en vara todo el año; celebra con júbilo el 25 de abril la fundación de
Tinaquillo y por supuesto la fiesta de
su patrona, en noviembre, Nuestra Señora
del Socorro, virgen aparecida cuya reliquia los tinaquilleros veneran. Le dan
dinero el 28 de diciembre a la parranda de locos y locaínas. Ese, ese si es el
tinaquillero.
El tinaquillero tuvo
que haber bailado en Mi Cabaña, refrescarse en Morris Morris, pasar la tarde en
el manguito cuando no había clases, subirse al autobús de Severiano, haber
jugado básquet o volibol en el Federico Sánchez, haber pertenecido a los
criollitos y haber llegado directo de
una fiesta a la misa de aguinaldo cuando eran a las 5 a.m. Es obligado saber que la Batalla de Taguanes
es el 31 de julio y enorgullecerse cuando lo dices porque sabes que contribuyó
a que Bolívar obtuviera el título de Libertador; ah y por supuesto molestarse
porque y cuando tiene que ir a San Carlos, tinaquillero que no dice “Tinaquillo
debería ser la capital de Cojedes” no es tinaquilllero, eso es ancestral.
Si te sentiste
identificado con las descripciones, ten por seguro que eres tinaquillero y si
no fue así, sólo naciste o sólo vives aquí, pero eso no te hace tinaquillero,
¡Definitivamente eso no basta!.
Hace 254 años brindó su
tierra fértil a quienes quisieron asentarse en Nuestra Señora del Socorro de
Tinaquillo, como lo llamaron en un comienzo y hoy sigue ofreciendo su suelo, su
clima y su cultura a todos a quienes en otras latitudes y estados les negaron
oportunidades y aquí han avanzado, aún así, muchos lo maltratan en lugar de
agradecer su gentileza.
Yo no me canso de decir
que me siento orgullosa de ser católica, parte de la familia Pérez Reyes,
periodista y tinaquillera. ¡Feliz cumpleaños mi amado Tinaquillo!. (25 de abril de 2014)
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