Por más que la historia me diga que es ingeniería pura y me muestre
pruebas de que la motocicleta fue
inventada por Gottlieb Daimler a finales del siglo XIX, yo no lo creo, estoy
convencida de que la hizo un traumatólogo y para más señas venezolano, porque
de otra manera no se explica ni tiene lógica que circulen tantas en la calle,
como si de un regalo navideño se tratara.
Me gustaría saber ¿quién carrizos dijo que era un medio de transporte?,
la moto lo que es, es el boleto más rápido y seguro hacia la muerte y la
discapacidad, para quienes la usan; y el sufrimiento, la rabia y la angustia para
quienes nos las encontramos en el camino.
En un pueblo pequeño como Tinaquillo que apenas sobrepasa los 100 mil
habitantes, hay días que al hospital, sólo al hospital (sin contar las
clínicas) llegan 4 heridos graves de accidentes en moto, en tan sólo una hora, y éstos son datos
oficiales que yo misma corroboré antes de escribir este artículo. Y todos ustedes saben que es verdad, porque
de seguro tienen a algún familiar o amigo que haya pasado por ésto.
Las motos anualmente se llevan más vidas que el cáncer y el SIDA, por
eso a mi juicio, son una epidemia, un flagelo, quizás exagero en esos términos,
pero lo que sí son, es un grave problema
de salud pública y como tal debe ser tratado por las autoridades, pero ninguno
se atreve, ni le pone el cascabel al gato, porque los motorizados representan
votos en las elecciones.
Y es que el problema es más grave que cualquier otra enfermedad, porque
no es sólo el lamentable saldo de muerte que dejan, sino la estela de personas
con discapacidad que van quedando; amarga, triste y coloquialmente estamos
hablando de paralíticos, mochos, chuecos y cojos, que lamentablemente cada día
son más por actos de irresponsabilidad.
Es que es lógica pura, los hospitales están haciendo intervenciones
sólo de extremada urgencia, no hay intervenciones electivas, es decir que esas
fracturas no son de vida o muerte y por lo tanto no las practican en los
hospitales, por lo que se convierten en futuros discapacitados, a menos que se vayan a una clínica y la
mayoría no tiene un seguro de hospitalización o dinero para ello.
Insisto las motos no son ningún medio de transporte y los conductores
en muchas ocasiones andan ebrios, delinquiendo o en el mejor de los casos
transgrediendo las leyes de tránsito terrestre.
Alguien saldrá diciendo, que soy
oligarca y que los etiqueto, pero de los atracos y homicidios que ustedes
conocen, ¿cuántos se hacen en vehículos? Eso era antes, ahora se hacen en moto,
de noche o a plena luz del día. Claro
está, no serán todos, pero si un alto porcentaje.
Los motorizados en su mayoría andan desaforados y atravesándosele al
primer vehículo que ven, pareciera que lo hacen a propósito, sin reflexionar
por un segundo que su parachoques son sus piernas, lo hacen con desparpajo y
hasta espontaneidad, y de paso ni
siquiera puedes reclamarles porque lo menos que puedes salir es insultado.
Y si te chocan -porque siempre
son ellos los que te chocan, es muy raro que de verdad un carro les
llegue, siempre son ellos los causantes de las desgracias y si cree que exagero
déle una hojeadita a los expedientes de tránsito terrestre- entonces……. Prepárate!!! En menos de 60 segundos aparecen
como una jauría al lugar de los hechos unos 10 motorizados más, te apabullan, te insultan, te amenazan y si no cedes, puedes
terminar con el vehículo rayado y destruido;
por eso muchos conductores terminan con el carro chocado y de paso
pagándole al bendito motorizado por unos daños que él mismo ocasionó. Y es que “si te suelta el chingo te agarra el
sin nariz”, porque si te apegas a la ley y llegan los funcionarios de tránsito,
te quitan la licencia porque hay lesionados (mientras averiguan) y puedes
perder unos cuantos días laborables
mientras se esclarece la situación.
Así, con esta irregularidad que se convirtió en cotidianidad, vemos
motos con 4 personas y un mercado encima, parrilleros ancianos y pare de contar,
todo ello con la palurda excusa de que
es más barato andar en moto que en taxi, sin tomar en cuenta que sus miembros
son más valiosos que cualquier cosa en la vida.
Las motos son tan peligrosas, que para practicarlo como deporte se toman
severas medidas de seguridad y sin embargo ocurren accidentes. Por ello
nuestros gobernantes, deben amarrarse los cinturones y en lugar de estar
apoyándolos con leyes y permisos, deberían prohibirlas, si señor, drástico, prohibirlas por salud pública y por seguridad
ciudadana. Es más, en cada lugar donde
las venden debería haber una etiqueta como la de los cigarrillos, que diga “es
nocivo para la salud”.
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